Aumenta la lista de “profesionales del insulto a Andalucía”

Los políticos andaluces exigen rectificar una y otra vez, la mayoría de las veces para la galería pero las rectificaciones se disfrazan en las entrevistas. Los insultos a nuestra identidad se repiten y el pueblo andaluz sigue con su mansedumbre, mientras los insultadores aumentan. Andalucía, el más solidario de los pueblos, acaba de recibir una nueva descalificación desde Cataluña, el país que progresó con nuestra mano de obra barata y abaratada desde la dictadura para que se beneficiara una estirpe de empresarios que hoy avalan la prepotencia de quienes se permiten gobernar. A la larga lista de estos cobardes que utilizan al pueblo andaluz como mofa, se suma las ridículas, ignorantes y soberbias declaraciones del presidente de la Generalidad, Arturo Mas, que criticó el pasado miércoles durante el debate para defender la inmersión lingüística, el castellano de los niños andaluces y gallegos al afirmar que "a veces no se les entiende". Y el problema no es que los andaluces pronunciemos un castellano a nuestra manera, es que el Don Arturo, cuando habla en catalán, necesita títulos de traducción, más o menos como el karaoke, cuando el andaluz se ha universalizado tanto que toda Iberoamérica tiene trazas de nuestra pronunciación, sin necesidad de ser traducido, eso sí que es grande, que gran parte del mundo te entienda. Si Don Arturo no entiende a los niños andaluces o gallegos, obligación tiene de entenderlos porque a sus padres bien que les pide el voto en castellano. Al presidente de la Generalidad se le concede el tratamiento de “honorable” (Honorable Tarradellas, p.e.), poco tiene de honorabilidad el pronunciamiento del Don Arturo por muy honorable que sea su cargo, conseguido, ¿cómo que no?, con algunos miles de votos andaluces. Por cierto, si Don Arturo no entiende el dialecto, la lengua o el hablar de Andalucía es porque no quiere, es su problema y no el nuestro, al menos que le de un repasito al glosario de Cosas de Andalucía. No me extrañaría que lo hiciera pues lo primero que pensaría sería en los posibles votos que ello le reportaría. “La pela es la pela”, frase definitoria del catalanismo, según me contaron en los 70 en mis viajes por la emigración, promoviendo Cosas de Andalucía, se ha sustituido por “donde está la pela, pongo la señera, porque donde está la señera tengo la pela”. En contraste con esta, más que otra cosa, actitud de vida, la verdiblanca sólo nos trajo esperanza y hoy envidia hacia un pueblo que vive el duro presente con las mismas ganas de vivir el incierto futuro. Valiente ante la adversidad pero amansado por el castigo económico por ser grande, sobreviviendo en este invento de un progreso donde la cultura ya no se cotiza y las chimeneas, aunque nos envenenen, están al alza. enemigos_andalucia juan_PuigcercosAnte la proliferación de descalificaciones que constantemente recibe “lo andaluz”, publiqué una relación de “Enemigos de Andalucía”, en la que más tarde se apuntó voluntariamente Juan Puigcercós cuando afirmó que “en Andalucía no pagaba a Hacienda ni Dios”. Otro Don de la Izquierda Republicana de Cataluña con el delito aumentado de depender de la ¡¿clase obrera?!, en su mayoría andaluza. Y es que en esto de la política ni las izquierdas ni las derechas existen ya, en esta historia del pelotazo del cargo, con cuatro años garantizados de jornalazo y dos añadidos por haberlos disfrutado, lo que vale es “a quien trajino para llevármelo calentito”. El charneguismo que practica todavía una importante parte de la clase política catalana tiene raíces que se pierden en los años de la dictadura, cuando cientos de miles de andaluces tuvieron que emigrar a un país en “desarrollo protegido”, donde mejorar el jornal y algo el nivel de vida. Todavía recuerdan nuestros mayores los ghetos andaluces sin alcantarillado, las dificultades de escolarización o los privilegios por hablar catalán a la hora de progresar en el empleo. Y que a mí me conste, los andaluces en Cataluña, además de sentirse como catalanes admitidos, continúan defendiendo su identidad, unas veces con el folclore y otras con actividades puramente culturales, a pesar de que sus hijos se llamen Jordi o Montse. No es Cataluña la que discrimina –o sigue discriminando– al inmigrante, sino esa clase política, heredera de las grandes factorías textiles “robadas” a Andalucía, convertida hoy en polígonos “industriales” que no son otra cosa que delegaciones comerciales de las factorías catalanas.Marginación se llama eso. Y como la historia no es nueva, siempre vino de una derecha clasista o de un nacionalismo prepotente y apoyado por un gran capital que no consiente intrusión y defiende sus exclusivas concesiones, recordemos: jorge-pujol1976. Jorge Pujol en su libro "La inmigració, problema i esperança de Catalunya". "El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (...) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. E introduciría su mentalidad anárquica y pobrísima es decir, su falta de mentalidad." A estas afirmaciones de Don Jorge se le puede llamar miedo, al entender que la fuerza del número podría poner en peligro el estatus conseguido. Cuando el emigrante andaluz José Montilla fue nombrado Presidente de la Generalidad, la mujer de Pujol, Marta Ferrusola, afirmó en una entrevista que le molestaba que Cataluña estuviera presidida por un "andaluz de nombre castellano". Sin comentarios, todavía estamos esperando la rectificación. Y Andalucía o los andaluces se lo estamos poniendo en bandeja con nuestras bondades, buenas maneras y benevolencias. Se acabaron las buenas maneras, en andalú: “YO ME CAGO EN LOS MUERTOS DE QUIEN SE META CON ANDALUCÍA” Y que conste, aquí no hay anticatalanismo, se trata de una defensa ante el antiandalucismo que sigue creciendo como los jaramagos, "casualmente" en las zonas que pudieran verse afectadas por un crecimiento no deseado de la debilitada conciencia andaluza. El día que Andalucía tome conciencia de pueblo ¿donde montarán las delegaciones para tantos clientes?. Aquí seguimos sustituyendo "la pela es la pela" por "la vida es la vida" y eso escuece. Y A QUIENES ASPIRÁIS A GOBERNAR ANDALUCÍA Y ADMINISTRAR SUS INTERESES, ESTO QUE ESTÁ OCURRIENDO NI SE PERDONA, NI SE JUSTIFICA Y NI MUCHO MENOS SE OLVIDA. LOS POLÍTICOS DE ESE NIVEL DE RESPONSABILIDAD NO PUEDEN LAVAR LA AFRENTA CON PALABRAS SUGERIDAS POR SUS BIEN PAGADOS ASESORES DE IMAGEN. LA CONDICIÓN VA POR DENTRO Y POR LA BOCA DEBE MORIR EL PEZ MAL HABLADO. EL PRÓXIMO 20-N ¿PEDIRÁN EL VOTO DE LOS ANDALUCES? http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/tribuna-libre/2307-aumenta-la-lista-de-profesionales-del-insulto-a-andalucia.html

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