NACIONALISMO ANDALUZ

El nacionalismo andaluz es un movimiento político y social que defiende el reconocimiento de Andalucía como una nación. Abarca un amplio espectro de opinión: desde partidarios del federalismo o confederalismo dentro de España, posturas autonomistas o posturas cercanas al independentismo o abiertamente independentistas. Como todo nacionalismo, se trata de un pensamiento transversal que aglutina a ideologías tanto de izquierdas, de centro como de derechas. Si bien es cierto, históricamente y actualmente el nacionalismo andaluz tiende a identificarse más bien con la izquierda ya que no surge con los objetivos propios de los nacionalismos burgueses europeos del siglo XIX, sino como rechazo al subdesarrollo material, social y económico propiciado por una política centralista y capitalista del Estado Español. El nacionalismo andaluz jamás ha tenido, ni podrá tener, las mismas características de aquellos nacionalismos que, sobre todo en sus orígenes –y, en gran parte, en su dirección hasta hoy-, han tenido un carácter burgués. Por la clara razón de que a las oligarquías andaluzas –antes principalmente terratenientes, ahora empresariales- siempre les ha interesado un estado autoritario y centralista que garantizara su poder, incluso con la violencia a ser preciso, y han aspirado a formar parte del bloque hegemónico estatal. El nacionalismo andaluz, e incluso el andalucismo a secas, no puede ser sino popular, sustentado por un bloque social constituido hoy por los excluidos del sistema, por los trabajadores, los profesionales e intelectuales no vendidos al pesebre de la globalización y/o del españolismo, los autónomos e incluso, potencialmente, aquellos empresarios que no forman parte de la oligarquía financiero-industrial. Yo le veo más concomitancias con los etnonacionalismos no europeos –latinoamericanos, africanos…- que con los nacionalismos catalán y vasco. Dentro del Estado Español, existen ciertas similitudes, aunque también diferencias, con los nacionalismos gallego y canario, es decir, con los que no son hegemónicos en las respectivas naciones. Ideológicamente se conformó en las tres primeras décadas del siglo XX, como la variante política del andalucismo cultural o folklorista que se difundió desde la Sociedad Antropológica de Sevilla y el Ateneo de Sevilla a finales del siglo XIX, donde empiezan a desarrollarse una serie de estudios e investigaciones encabezados por intelectuales como Mario Méndez Bejarano, Antonio Machado Núñez, su hijo Antonio Machado Álvarez, Isidro de las Cagigas y Joaquín Guichot, produciéndose así lo que se ha denominado como el “descubrimiento de la identidad cultural andaluza”. Primeros pasos del nacionalismo andaluz: En 1912 el diario sevillano "El Liberal" abre información pública sobre la necesidad de la existencia político-regional de Andalucía, lanzándose la idea de una Asamblea Andaluza, provocando gran actividad en el Ateneo de Sevilla. Al año siguiente, se celebrarían en dicho ateneo los Juegos Florales, cuyo tema principal fue el regionalismo andaluz. Paralelamente en Ronda se celebraba el I Congreso Internacional de Economistas Fisiócratas, a donde acude y hace su primera intervención pública Blas Infante. En 1915 se publica "El Ideal Andaluz" de Blas Infante, convirtiéndose así éste en líder y coordinador del movimiento andalucista en los años posteriores, hasta su muerte en agosto de 1936. Sin embargo, no es hasta la Asamblea de Córdoba en 1919, donde el movimiento político andalucista se postura a favor de la abolición de los poderes centralistas y por una Federación Hispánica, y se define además a Andalucía claramente y sin ambigüedades como “realidad nacional” y “patria”. La última reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía se remite a este manifiesto para justificar la expresión realidad nacional que aparece en el preámbulo del mismo. Además, Blas Infante está reconocido oficialmente por el Estatuto de Autonomía andaluz como "Padre de la Patria Andaluza". El nacionalismo andaluz comparte con el nacionalismo español la reivindicación irredentista sobre Gibraltar. Transición y lucha por la autonomía: A partir de 1975 tiene lugar el último momento de efervescencia del nacionalismo andaluz, producto de la realidad socio-económica de la región y el debate autonómico. Como han señalado los expertos en el tema, la emigración masiva de andaluces desde los años 60 hasta la recuperación económica (últimos estudios los cifran en 2.000.000) fue uno de los factores decisivos en este impulso andalucista por dos razones; la económica, ya que decenas de miles de familias andaluzas fueron conscientes de la gran contradicción entre la potencialidad de su región (territorial, demográfica, agrícola...) y su realidad de pobreza y subdesarrollo. El otro factor que propició la emigración forzada fue de carácter socio-cultural, ya que por primera vez estos andaluces tuvieron conciencia de su propia identidad cultural diferenciada a la de otras regiones como Cataluña, Madrid, Valencia o País Vasco. Según el catedrático de Antropología de la Universidad de Sevilla, Isidoro Moreno: En Sabadell, Colonia o Bruselas, los trabajadores procedentes de las diversas comarcas y pueblos andaluces no se han sentido emigrantes a secas, ni tampoco básicamente sevillanos, cordobeses, granadinos o almerieneses, sino sobre todo, andaluces: miembros de una colectividad definida por su subdesarrollo y dependencia, que están en la base de la propia necesidad de emigrar, pero también por unas características culturales, por unas actitudes, por unas formas de expresar la expierencia, por una identidad, en suma, que ha modelado a un pueblo específico: el andaluz. Desarrollo y bloqueo del nacionalismo andaluz: Por otro lado tenemos la cuestión autonómica, que privilegiaba a las consideradas como regiones históricas, es decir: Cataluña, País Vasco y Galicia, adquiriendo la autonomía en su máxima expresión y por la vía rápida, esto es, mediante el artículo 151 de la Constitución Española de 1978. Así el pueblo andaluz, viéndose que quedaba fuera de esta opción, fue consciente del agravio comparativo que se iba a producir dando lugar a regiones de primer y segundo orden. La reacción de la población andaluza fue tajante e inmediata, convocándose en octubre de 1977 una comisión de parlamentarios andaluces para sentar las bases del futuro proyecto autonomía. Semanas después, el 4 de diciembre, en todas las ciudades importantes de Andalucía y también en Barcelona (donde se concentraba una importante comunidad de emigrantes andaluces) se vivió una jornada de apoyo a dicha comisión que lanzó a la calle a 1.000.000 de andaluces aproximadamente. En la ciudad de Málaga, el joven Manuel José García Caparrós moría a consecuencia de un disparo por parte de la policía mientras enarbolaba una bandera de Andalucía. Desde este día hasta la aprobación en referéndum del Estatuto de Autonomía en diciembre de 1981, se vivirá en Andalucía un momento de efervescencia identitaria que impregnaría el ámbito cultural y político de la sociedad andaluza de la época. El movimiento andalucista en la actualidad Acto en el Parlamento de Andalucía durante el 28 de febrero de 2012. Según una encuesta realizada en noviembre de 2005 por el Centro Andaluz de Prospectiva tomando una muestra de 1.010 ciudadanos, el 52,7% de los encuestados estaba "muy o algo de acuerdo" con que en la futura reforma del Estatuto considerará a Andalucía como "realidad nacional" frente al 24,4% que se declararon "nada de acuerdo". En cuanto a si el nuevo Estatuto debería contemplar a Andalucía como una nación, los resultados son totalmente diferentes, con un "nada de acuerdo" del 60,7%, frente a un 18,1% que estaba "muy o algo de acuerdo".4 Aún menos sentimiento nacional revelaba una encuesta del Centro de Estudios Andaluces en 2006 que indicó que sólo un 9,3% de andaluces preferían referirse a Andalucía como nación, frente a un 82,1% que preferían referirse como región.5 En febrero de 2007 se votó en referéndum la reforma para el Estatuto de Autonomía de Andalucía con la participación de sólo un 36,28% y la abstención de un 63,72%, la reforma fue aprobada por el 87,45% de votos a favor, frente a un 9,48% en contra. El nuevo estatuto entre otras cuestiones competenciales y financieras, se declaraba así: Artículo 1. 1. Andalucía, como nacionalidad histórica y en el ejercicio del derecho de autogobierno que reconoce la Constitución, se constituye en Comunidad Autónoma en el marco de la unidad de la nación española y conforme al Artículo 2 de la Constitución. Elecciones autonómicas de 2008: A pesar de ir el Partido Andalucista en coalición con la práctica totalidad de los partidos nacionalistas andaluces (con el nombre de Coalición Andalucista), obtienen un descalabro todavía mayor al perder su representación en el Parlamento de Andalucía. Sin embargo, quedaría en la cámara como exponente del nacionalismo de izquierdas el polémico alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, dirigente del Colectivo de Unidad de los Trabajadores - Bloque Andaluz de Izquierdas (CUT-BAI) y del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), pero bajo las listas de Izquierda Unida. Actualmente el nacionalismo andaluz tiene como seña más característica la bandera nacionalista andaluza, también conocida como "arbonaida nacionalista",6 que se creó en la década de 1980, una vez que Andalucía ya había alcanzado la autonomía política y los nacionalistas andaluces comenzaron a pedir la definición de Andalucía como nación. La primera bandera de corte nacionalista que se creó en Andalucía fue a imitación de la bandera de Cuba. La creó el Partido Socialista de Andalucía, el actual Partido Andalucista, y aún la utilizan las Juventudes Andalucistas. Consiste en una bandera de Andalucía a la que se le añadió un triángulo rojo al asta y en el centro de este una estrella blanca de cinco puntas. Posteriormente, ya casi en la década de 1990, se creó la bandera independentista con más difusión en la actualidad, que simplemente incorpora una estrella roja de cinco puntas en el centro de la bandera original. En los últimos años se ha comenzado a difundir una nueva bandera nacionalista que sustituye la estrella roja de cinco puntas por otra de ocho (a la que denominan estrella tartésica). Esta bandera se creó para intentar añadir símbolos más andaluces a la bandera, como es la estrella de ocho puntas, de la que se afirma tiene origen tartésico y por su uso durante Al-Ándalus, pero actualmente no tiene apenas difusión entre los nacionalistas andaluces. Los nacionalistas andaluces modifican el lema del escudo oficial, transformándolo en el lema nacionalista "Andalucía por sí, los Pueblos y la Humanidad". Del mismo modo sucede con parte de la letra del himno, que los nacionalistas andaluces. Los nacionalistas andaluces modifican el lema del escudo oficial, transformándolo en el lema nacionalista "Andalucía por sí, los Pueblos y la Humanidad". Del mismo modo sucede con parte de la letra del himno, que los nacionalistas andaluces modifican de la siguiente manera: "Sea por Andalucía libre, los pueblos y la Humanidad"

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